Introducción
A partir del programa de Modernización Educativa 1989-1994, la Educación Media Superior se consolida como el segundo nivel en el Sistema Educativo Mexicano y requisito de ingreso a la Educación Superior. Como política para la modernización, se pretendió establecer una efectiva concertación para la planeación y programación del nivel, buscando la colaboración interinstitucional para facilitar el funcionamiento y desarrollo del mismo a través del fortalecimiento de los servicios federales existentes y edificando nuevas modalidades para ampliar la cobertura a gran parte del país. Para lograr el propósito, en 1990 se instala la Coordinación Nacional para la Planeación y Programación de la Educación Media Superior (CONPPEMS). Organismo responsable de modernizar el nivel en su conjunto y mediante el acuerdo de políticas, privilegiar la atención a la demanda, el intercambio de productos y experiencias académicas, asimismo, favorecer la coherencia del nivel, entre la secundaria, la superior y el nivel productivo, entre otras (SEP, 1991). No obstante de la estrategia implementada y de la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica en 1992 y los sucesivos refrendos y modificaciones, los resultados a más de quince años de distancia no fueron los esperados, especialmente en lo que concierne a la cobertura de jóvenes de 15 a 18 años, misma que escasamente alcanza el 50%. Además, del porcentaje que ingresa, los índices del abandono escolar y de reprobación son considerablemente altos.
Por otra parte, hablar de Educación Media Superior es efectivamente, hablar de un tema vasto por la multiplicidad de sus subsistemas y modalidades y a pesar de ello, poco abordado, estudiado o analizado. Es tal la gama de servicios educativos de media superior, que conocerlos en su totalidad es materialmente imposible, sin embargo, sumamente importante hacerlo desde la orientación formativa hasta su finalidad gubernamental de cada uno de ellos. Con el propósito de encontrar objetivos comunes, la SEP a partir del análisis de los antecedentes de la EMS formula una propuesta de Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS). Propuesta abordada de manera sucinta en este trabajo en sólo tres aspectos: encomienda de la EMS, principios básicos que sustentan la reforma y mecanismos de gestión.
1. Encomienda de la EMS en el actual contexto social y productivo actual
En el México de nuestros días, la Educación Media Superior (EMS) y a modo de ejemplo, en el Subsistema de Preparatorias del Estado de Zacatecas, aún son ajenos los escenarios de la reflexión, el análisis, interpretación de textos, la colaboración, redacción, la recreación y construcción del conocimiento entre los estudiantes, por tanto, una evaluación que privilegie verificar la riqueza del pensamiento de los escolares tiene resultados dramáticamente por abajo de la media internacional (Díaz, Flores y Martínez, 2007). Una educación que no desarrolla competencias en los estudiantes para que trasciendan a procesos de pensamiento complejo, produce el marasmo educativo, pero no sólo la sintomatología de la ignorancia quien proporciona respuestas incorrectas a unas cuantas preguntas que tanto preocupa a la sociedad adulta en algún examen nacional o internacional, sino la perpetuación de un analfabetismo reflexivo en la enseñanza y en el aprendizaje.
En el actual Sistema Educativo Mexicano, referirse a la Educación Media Superior, es hacer alusión al nivel que se ubica después de la secundaria y antes de la educación superior, conocido comúnmente con el nombre de Educación Medias Superior o bachillerato. Hoy por hoy, la importancia de la EMS se sintetiza como un “espacio para la formación de personas cuyos conocimientos y habilidades deben permitirles desarrollarse de manera satisfactoria, ya sea en estudios superiores o en el trabajo y, de manera más general, en la vida” (Acuerdo 442, 2008, p. 6). En este sentido, el contexto social y productivo cobra relevancia, ya que, de la EMS egresan ciudadanos con los derechos y obligaciones correspondientes a la vida adulta, por tanto deberán reunir determinados conocimientos, habilidades y actitudes encaminadas hacia un impacto positivo en su entorno y en el país.
Por lo anterior, “La cobertura y la calidad en la EMS constituyen un supuesto fundamental para que el país pueda dar respuesta a los desafíos que presenta la economía globalizada en un marco de equidad” (Acuerdo 442, 2008, p. 6). En suma, cubrir estos dos aspectos es la encomienda y el reto principal que los Gobiernos (Federal, Estatales y Municipales) tienen ante la población joven más vulnerable, de brindarle oportunidades para realizarse en igualdad de circunstancias ya en la inserción en la educación superior o en el mundo laboral.
La cuestión de la cobertura
No obstante de la ampliación de las diferentes opciones para que la población joven pueda acceder a la EMS y de los aproximadamente doce mil planteles y más de doscientos cincuenta mil profesores distribuidos en el país adscritos al nivel en los diferentes subsistemas (SEP, 2005; Acuerdo 442, 2008), escasamente se atiende el 50% de la población de 15 a 19 años de edad (INEGI, 2004) y por si fuera poco, de los que ingresan, alrededor del 40% no lo concluyen. En el mejor de los casos en el ciclo escolar 2000-2001 la eficiencia terminal se ubicó en el 57% y una cobertura del 46.5% (Acuerdo 442, 2008, p. 9). Según el acuerdo 442, el porcentaje de cobertura en México está por abajo de la media internacional. Lo que significa que la política para que “todos” los jóvenes accedan al bachillerato y lo concluyan ha fracasado, que la práctica pedagógica continúa siendo la misma con instrumentos y estrategias que fomentan la exclusión en un alto porcentaje de estudiantes.
De continuar la tendencia, en poco tiempo los trabajadores mexicanos serán relegados a los trabajos de traspatio y por ende a una economía de subsistencia. Una población cuyos recursos intelectuales, de habilidades y actitudinales se concretan a medio leer y escribir en plena Sociedad del Conocimiento, del Aprendizaje y de la Inteligencia está condenada irremediablemente a la automarginación. Ampliar la cobertura por sí misma no es garantía de mejoramiento inmediato. El viejo esquema de sacrificar la calidad por la cantidad, debe dejar de operar en este sentido para hacerse equitativo. Calidad y cantidad.
La cuestión de la calidad
Al mismo tiempo de ampliar la cobertura, “Es indispensable que los jóvenes permanezcan en la escuela, pero además es necesario que logren una sólida formación cívica y ética, así como el dominio de los conocimientos, habilidades y destrezas que requerirán en su vida adulta” (Acuerdo 442, 2008, p. 10). La cita implica el desarrollo de competencias en el sentido amplio de la palabra, conlleva una educación pertinente, una educación acorde a los acontecimientos mundiales. Educación que esté al día, educación innovadora. Educación que forma para resolver retos inmediatos y los problemas que se presenten, en suma; una educación inmersa en la sociedad del conocimiento, en una sociedad del aprendizaje y en una sociedad de la inteligencia repartida.
Se hace alusión a “Sociedad del conocimiento por cuanto enfatiza la importancia de la elaboración de conocimiento funcional a partir de la información disponible en las organizaciones educativas” (Briceño, 2006), es decir, implica una transformación social en lo cultural, en lo económico, político e incluso en lo institucional, sin dejar fuera una perspectiva plural e incluyente que hace a la sociedad actual altamente dinámica y compleja, en donde por excelencia, el conocimiento vertiginosamente se duplica jugando un papel preponderante. Por “ Sociedad del aprendizaje por cuanto existe la necesidad de una formación continua y permanente para poder afrontar los constantes cambios sociales que se producen en los diferentes ámbitos” (Idem), significa que el aprendizaje se genera en conjunto, a través de redes, gremios, entre comunidades y países. Esta sociedad de aprendizaje obedece precisamente a que el conocimiento al duplicarse a una velocidad vertiginosa ocasiona por tanto la necesidad de un formación permanente de forma colectiva para poder afrontar los cambios también constantes. El individuo por sí solo, se está viendo imposibilitado para hacer frente a una sociedad que cambia en diferentes dimensiones y a ritmos acelerados y al referirse a la “Sociedad de la inteligencia [es] potenciando el desarrollo de las redes académicas, de conocimientos distribuidos” (Idem), esto es, el desarrollo de las redes académicas u organizaciones actuando como corporativos a través de conocimientos distribuidos. La sociedad de la inteligencia, será la que logre navegar en el espacio del conocimiento abierto por la nueva sociedad. En síntesis, es la inteligencia repartida en un esfuerzo en conjunto para saber más, para aprender siempre y construir lo nuevo.
La cuestión de la equidad
En México, la cuestión de la equidad educativa sigue colocándose en el pedestal del discurso, especialmente en el caso de los grupos más vulnerables, “en el 2002 sólo una pequeña fracción, poco más del 10%, de los jóvenes accede a los servicios de EMS” (Acuerdo 442, 2008, p. 12). Las deficiencias (de todo tipo) de muchas esuelas, sin duda, son el obstáculo pendiente de atender, particularmente las ubicadas en las comunidades rurales. Según el Acuerdo 442, en las poblaciones cuyos ingresos de sus habitantes se ubican por debajo de la media nacional, la tendencia de los estudiantes se refleja en un alto índice de deserción. Entre otros factores, se debe a la falta de interés de los estudiantes y de los mismo padres. Tanto entre estudiantes y no pocos padres, le encuentran poco o nada de sentido asistir a la escuela. Entonces, resulta esencia impulsar y fortalecer el trinomio cobertura-equidad-calidad, en donde el sistema educativo mexicano genere equidad de oportunidades, a través de una oferta educativa que responda a los desafíos que le presentan los grupos más desprotegidos.
2. Los principios básicos que sustentan la propuesta educativa
De acuerdo a las particularidades sucintamente descritas, la EMS ha transitado como se dice en el argot estudiantil “por la libre”, es decir, en una diversidad impresionante de subsistemas y por consecuencia de planes y programas de estudio. Además, cada subsistema al poco tiempo de creado se convirtió en coto de poder para alguien y de alguien, por tanto cada quien hacía lo que creía conveniente. En este tenor y considerando las particularidades de la oferta educativa actual, la edad de la población estudiantil, las tendencias nacional e internacional, la RIEMS parte de tres principios básicos:
El reconocimiento universal de todas las modalidades y subsistemas del bachillerato.
La pertinencia y relevancia de los planes y programas de estudio, y.
El tránsito entre subsistemas y escuelas.
a) Reconocimiento universal de todas las modalidades y subsistemas del bachillerato
Cabe hacer hincapié, que la EMS en México, en su inicio fue propiamente propedéutico e inconexo con la secundaria, en tanto que en otros países, como los Estados Unidos de Norteamérica, la educación media superior prácticamente surge integrada al sistema educativo básico hasta el grado doce (primaria, secundaria y preparatoria). En dicho país, “En 1821 un Instituto de Educación da origen a las primeras High Schools, concebidas como ciclos terminales y destinadas a preparar para la vida más que para la universidad” (Mejía, en Solana, et al., 1982, p. 224). Aun, después de 1890, la Asociación Nacional de Educación Norteamericana, postulaba que la High School (preparatoria) no tenía por objeto preparar a los jóvenes para la universidad, argumentando, que “la preparación que es buena para la vida, es buena también para la universidad” (Idem), es decir, al terminar la High School presuntamente el estudiante debería tener los conocimientos necesarios para desenvolverse adecuadamente en la vida laboral e ingresar a la universidad.
Con estos antecedentes y después de la firma del acuerdo para la modernización básica en 1992, el nivel medio superior se consolida y se convierte en requisito indispensable de ingreso a todas las instituciones de educación superior incluyendo las escuelas normales. La diversificación del bachillerato se dio de manera descoordinada y desordenada al interior y al exterior de la Secretaría de Educación Pública, ya que cada subsistema se consideraba en sí misma una institución independiente de las otras e integran sus propias representaciones en los Estados, tipos de control, programas y planes de estudio, preocupándose básicamente por aumentar la matrícula (Villa, 2000), descuidando la selección y formación de profesores en el campo docente e incluso, la pertinencia de cada centro escolar, entre muchas otras cuestiones (Castañón, 2000).
Hoy en día, la dispersión de planes y programas de estudio aún persiste. Por otra parte, cada institución ha realizado sus reformas y adecuaciones a sus planes y programas de manera independiente, de tal forma que es difícil decir qué cursan y qué aprenden los educandos de la EMS, pues todo depende de la escuela o en el mejor de los casos, del subsistema en el que hayan estudiado. Según la RIEMS esta es una circunstancia que puede y debe ser superada a través del desarrollo de competencias comunes para una vida productiva y ética de los estudiantes. Para que el principio en cuestión pueda tener efectividad no debe quedar fuera ningún subsistema o modalidad, ya que el conjunto de subsistemas debe avanzar en una “misma dirección para lograr estándares comunes que definan al SNB” (Acuerdo 442, 2008, p. 26).
b) Pertinencia y relevancia de los planes y programas de estudio
Los constructos pertinencia y relevancia necesariamente deben tener un espacio especial en los planes y programas de estudio, guardando además, compatibilidad con las competencias comunes propuestas por la RIEMS y que proporciona identidad al SNB. En este sentido, la pertinencia hace referencia a la particularidad de establecer relaciones entre la escuela y el entorno. Es decir, la oferta educativa del nivel medio superior, debe ser acorde a las exigencias de la sociedad del conocimiento y con las transformaciones vertiginosas del mercado. Entendido así el concepto pertinencia, significa que los centros escolares deben dar respuesta con el plan y programas de estudio adecuados a las necesidad personal, social y laboral de los jóvenes según el contexto y a las circunstancias del mundo actual.
c) El tránsito entre subsistemas y escuelas
Poder llevar los grados académicos de una escuela a otra, aún es una pesadilla para los estudiantes que por diversas circunstancias requieren hacerlo. Es necesario, postula la RIEMS, que los certificados parciales de estudios sean reconocidos en la escuela que el estudiante elija como nuevo destino para concluir sus estudios de EMS.
En síntesis; el conjunto de Subsistemas deben avanzar en una misma dirección para poder alcanzar estándares comunes que definan al SNB. Estos estándares contribuirán a diferenciar con claridad la diversidad de la desigualdad. Por tanto, un marco curricular que reconozca la diversidad de la población estudiantil de la EMS, y que atienda las necesidades propias de esta población en edad de cursar el bachillerato, fortalecerá la pertinencia de la educación que se oferta en el nivel. Significa, que el diseño curricular debe considerar que la pertinencia se concreta en niveles que van de lo general a lo particular, dicho de otro modo, a nivel sistémico, de subsistemas y de planteles.
3. Los mecanismos de gestión de la reforma
Con el objeto de lograr lo anterior, la propuesta contempla seis mecanismos de gestión:
a) Generar espacios de orientación educativa y atención a las necesidades de los estudiantes.
b) Desarrollo de la planta docente.
c) Mejorar las instalaciones y equipamiento.
d) Profesionalizar la gestión
e) Evaluar el sistema de forma integral.
f) Implementar mecanismos para el tránsito entre subsistemas y escuelas.
La RIEMS, contempla entre líneas poner freno a la anarquía entre los Subsistemas. Esto es, un sistema educativo que permite que cada quien haga lo que cree correcto, está condenado al fracaso más pronto que tarde. En este sentido, la RIEMS concretada en el SNB establece como parte de la consolidación a largo plazo, mecanismos de gestión que orientan el modelo. Uno de ellos y también entre líneas, consiste en que cada centro escolar y cada profesor rinda cuentas. Esta rendición de cuentas aludida está titulada con el término “Evaluación Integral”, lo que implica, que sin excepción servidores públicos de todos los niveles, directivos (académicos y administrativos), pedagogos, directores, supervisores, profesores, personal de apoyo, estudiantes e incluso padres de familia estén inmersos en la rendición de cuentas.
¿Sobre qué tendremos que rendir cuentas?, sobre proyectos educativos muy claros que indiquen, qué, cómo, cuándo, dónde, quiénes, por qué, para qué, etc. Los jóvenes nos están reclamando callada o abiertamente, que nos coloquemos a la altura de las circunstancias del mundo actual.
1. Orientación, tutoría y atención a las necesidades de los alumnosLas características de los adolescentes bachilleres y el fracaso escolar, traducido en una baja eficiencia terminal, el bajo aprovechamiento académico, las altas tasas de reprobación y abandono escolar, deberían ser motivos suficientes para que en todos los tiempos, autoridades, profesores y padres de familia proporcionaran servicios de apoyo a los estudiantes desde antaño. Por ello, es un propósito de la RIEMS.
2.
Formación y actualización de la planta docenteNo obstante que se reconoce que la docencia dejó de ser un apostolado, en ningún momento significa que quién se dedique a ello puede impunemente infringir los requisitos indispensables de la exigencia de competencia teórica, técnica y contextual propios del campo educativo, además de la comprensión escrupulosa del área disciplinar, independientemente del cómo arribó al campo educativo. Así, La actualización y profesionalización de los maestros es un requisito indispensable para que la Reforma Integral sea exitosa.
3. Instalaciones y equipamiento
Las escuelas deben contar con bibliotecas dignas, con equipos para aprender el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y aprovecharlas en la educación, y con laboratorios y talleres suficientemente equipados.
4. Profesionalización de la gestión
A raíz de la reforma, la profesionalización de la gestión directiva toma dimensiones de liderazgo académico, administrativo y de cambios innovadores. También se sientan las bases para la contratación de directores a través de concursos de oposición, como para evaluar sistemáticamente el desempeño de éstos, entre otras cuestiones.
5. Evaluación integral
La evaluación integral implica considerar todos los componentes de la evaluación educativa, esto es, desde los recursos, los procesos y los resultados. Significa, la evaluación del apendizaje, de los programas, de los apoyos a los estudiantes, al docente, a las instalaciones y equipamiento, de la gestión y evaluación institucional.
6.
Mecanismos para el tránsito entre subsistemas y escuelasComo ya se señaló, otro propósito de la RIEMS es lograr el libre tránsito de estudiantes entre subsistemas cuando así lo requieran. Ello se logra a través de equivalencias globales de semestres o años escolares.
Conclusión
La vieja aspiración excelsa de la educación de que todos los estudiantes logren “aprender, aprender a crear, a resolver problemas, a pensar de manera crítica, a desaprender y reaprender, y a preocuparse por los demás y el entorno” (Moreno, 2005:587) sólo se encuentra en diversos textos, no en la práctica cotidiana.
A partir de la creación del Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad, existen amplias posibilidades que la quimera de Moreno deje de serlo y se convierta en realidad.
Hay mucho más que se puede decir y argumentar sobre los tres temas descritos y cada uno de sus apartados, sin embargo, creo que será en otra sesión para evitar extender fuera de los propósitos de la actividad como del curso mismo.
Referencias bibliográficas
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BRICENO, Magally. La asesoría en entornos tecnológicos educativos. Rev. Vzlana. de Soc. y Ant., dez. 2006, vol.16, no.47, p.685-696. ISSN 0798-3069. Recuperado el 19 de febrero del 209 de: http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-30692006000300007&lng=pt&nrm=isoCastañón, R. y Seco, R. (2000). La Educación Media Superior en México: Una invitación a la reflexión. México: Limusa, S.A. de C.V. Grupo Noriega Editores.
Díaz, M., Flores, G. y Martínez, F. (2007). PISA 2006 en México. México: INEE.
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