jueves, 29 de enero de 2009

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Según el texto de Xavier Vargas Beal, el aprendizaje en ningún momento lo podemos y debemos catalogar como una trivialidad. Es tan complejo, que los intentos de diversos teóricos por definirlo han ocasionado un desestimiento de las tentativas. En el mejor de los casos, han quedado en un confinamiento de la percepción personal de cada investigador como es el caso del texto de Vargas Beal, así como de algunos otros, que a modo de ejemplo se insertan las siguientes citas sobre el concepto Aprendizaje:


“consiste esencialmente en modificar el comportamiento del alumno y enriquecer su personalidad. Efectivamente, toda auténtica experiencia reflexiva de aprendizaje debe proponerse concretamente estos resultados: a) modificar la actitud y la conducta anterior del alumno; b) promover la formación de nuevas actitudes y nuevas conductas, más inteligentes, ajustadas y eficaces; c) enriquecer la personalidad del alumno con nuevos y mejores recursos de pensamiento, acción y convivencia social, que le abran nuevas perspectivas culturales y sociales” (Mattos, 1974:36).
“actividad por medio de la cual el conocimiento y la habilidad, los hábitos, actitudes e ideas son adquiridos, retenidos y utilizados, originando progresiva adaptación y modificación de la conducta” (Kelly, 1982:244);
“proceso mediante el cual un organismo modifica su comportamiento como resultado de la experiencia” (Mussen, et al, 1984:505);
“cambio en la conducta potencial debido a la experiencia” (Smith, et al, 1984:227);
“cambios relativamente permanentes en la conducta de un organismo que resultan de su experiencia. El término puede referirse también a los procesos en el organismo que producen ese cambio” (Clay, 1982:81)


No obstante que lo expuesto por Vargas Beal y las citas anteriores sobre el concepto aprendizaje y la dificultad de lograr el consenso en cuanto al significado como constructo, desde épocas remotas, los preceptores, profesores o autoridades, han manifestado el interés de medirlo con unas cuantas preguntas a manera de pequeños trozos de información como si el aprendizaje fuese una “prenda de adquisición duradera” (Piaget, 1999, p. 14), tal vez por carecer de elementos teóricos y metodológicos que permitiera realizar una verdadera apreciación del “rendimiento escolar”[1] (Mattos, 1974:315-316), conformado en un conjunto de experiencias concretas de carácter reflexivo. Así, la escuela mexicana de hoy en día, ofrece en el currículum formal unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera y las calificaciones como resultado de ello, siendo la forma válida y legítima para evaluar y objetivar el aprendizaje (Granja, 1988), convirtiéndose en lo que se denomina mandato social e institucional, a tal grado, que el docente ha sumado, entendido y aplicado dentro de su propio capital cultural (Sandoval, 2001) que no es menester desarrollar grandes esfuerzos para ser imparcial y neutro a la hora de aplicar sus preguntas, que solamente basta que estén dentro de los parámetros normales que el imaginario social ha construido y considerado como lo que no se debe cuestionar o porque está dentro de la norma y la normalidad, es decir; parafraseando a Castoriadis (1988) que se inserten en lo instituido, aunque puede y a veces sucede ser instituyente, pero cuando se norma vuelve a lo instituido, sin importar que en el interior del proceso haya lagunas de entendimiento y comprensión de las consecuencias en el aprendizaje o de los efectos colaterales.

Referencias
Castoriadis, C. (1988). Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto. Barcelona: Gedisa.
Clay, H. (1982). Introducción a la psicología social. México: Trillas
Granja, J. (1988). Los procesos formales de legitimación de los aprendizajes escolares: rituales normativos, saberes legítimos, sujetos constituidos: El caso de la enseñanza Tecnológica Agropecuaria del nivel medio superior. Tesis de Maestría. México: I.P.N.
Kelly, W. (1982). Psicología de la educación. Madrid: Morata.
Mattos, L. (1974). Compendio de didáctica general. Argentina: Editorial KAPELUSZ.
Mussen, P. et al. (1984). Introducción a la psicología. México: C.E.C.S.A.
Piaget, J. (1999). Psicología y pedagogía. México: Ariel.
Sandoval, E. (2001). La trama de la escuela secundaria: Institución, relaciones y saberes. México: UPN, Plaza y Valdez editores.
Smith, R., Sarason, I. y Sarason, B. (1984). Psicología: Fronteras de la conducta. México, Harla. Traducción José Carmen pecina.
[1] Por rendimiento escolar se entiende al conjunto de transformaciones que ocurren en el pensamiento, en el dominio del lenguaje técnico, en las formas de actuar y reaccionar actitudinalmente de los estudiantes ante situaciones y problemas de la cotidianidad. Se prefiere usar rendimiento escolar en lugar de aprendizaje por lo controversial de éste último.

Aprendizaje y el Enfoque en Competencias

Aceptar o rechazar qué concepciones de aprendizaje son más congruentes con el enfoque educativo por competencias tomando como único referente el cuadro sinóptico “Concepciones de aprendizaje” elaborado por Pere Marqués conlleva caer en el terreno del reduccionismo de tales teorías y del comentario mismo, ya que los trabajos de Skinner, Bruner, Ausubel, Piaget y Vigotski presentan una reflexión mucho más profunda que lo expuesto en el cuadro referido, incluso, diversos teóricos afirman que existe la imposibilidad de encontrar una palabra o una frase que aglutine las diversas posturas sobre el significado del concepto aprendizaje. Sin embargo y a riesgo de parecer demasiado simplista, las concepciones: aprendizaje por descubrimiento, el constructivismo y el socio-constructivismo reseñados por Pere Marqués se aproximan al enfoque educativo centrado en el desarrollo de competencias propuesto por la RIEMS.
¿Por qué?
Porque el concepto APRENDIZAJE trastoca las fronteras de la acumulación de un amplio repertorio de información, de las acciones que se realizan para ello, de los efectos que se producen, de la adquisición por la práctica de una actitud y conducta aparentemente duradera. El aprendizaje es una consecuencia del pensamiento que provoca múltiples manifestaciones en los seres humanos como producto de prácticas cotidianas en donde se involucra el conocimiento, las habilidades y las actitudes. Entonces, el concepto aprendizaje alude también a las nuevas acciones que los individuos realizan una vez aprendida, retenida y comprendida determinada información. También es lo que callan, lo que ocultan o lo que transfieren en otros escenarios, incluyendo la forma de hacerlo. Implica entonces, que la noción de aprendizaje en términos genéricos es cada acción ejecutada por el individuo y de la cual aprende algo nuevo, modificando o reafirmando la forma y la manera de respuesta cada vez que se le presenten situaciones nuevas en función de lo aprendido con anterioridad. En síntesis, el aprendizaje es cada acción vivida, es cada experiencia, es aprender, comprender y usar el conocimiento ya sea a través de la experimentación, de su convivencia con el entorno o en la resolución de problemas específicos. De igual forma el aprendizaje es un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos, pero inseparable de la situación, de la actitud y habilidad en la que se produce. Todo ello encierra el concepto aprendizaje. Todo ello y algo más allá encierra el constructo Educación Centrada en el Desarrollo de Competencias.

lunes, 5 de enero de 2009

Ruorjo_El entorno

Ruorjo_El entorno
1. Condiciones del contexto
La escuela Preparatoria “Jesús Reyes Heroles” está ubicada en la comunidad de Zóquite, localizada al noreste de la capital del Estado de Zacatecas a 22 kilómetros de la misma, “tiene una población de 4300 habitantes y es considerada la segunda comunidad más grande del Municipio de Guadalupe. Su nombre proviene del vocablo náhuatl zoquitl que significa lodo” (http://es.wikipedia.org/wiki/Zóquite). “Se dice que el nombre de este paraje se le atribuye a los vaqueros que pastoreaban el ganado y que nombraron a este lugar así, porque constantemente los pastos se inundaban formando anegas que dificultaban su tránsito” .
De acuerdo a Hernández y los datos registrados en el andamio cognitivo proporcionados por el actual delegado municipal Sr. José Pablo Román Rodríguez, Zóquite fue una comunidad dedicada a la agricultura de subsistencia, no fue hasta la década de 1990 cuando se dio un giro a la agricultura de subsistencia con la combinación del cultivo del chile seco y zanahoria; “sin embargo, fueron contados los casos de agricultores que alcanzaron un grado de capitalización, debido a la carencia de créditos blandos y maquinaría agrícola” .
Por encima de la agricultura, la industria de la construcción es la actividad económica principal en la cual se han especializado contratistas, albañiles y peones. “La derrama económica de esta actividad en las últimas dos décadas y de las remesas de los migrantes produjo un cambio en la fisonomía urbana de la localidad” .
Es importante destacar que el 57% de los padres de los estudiantes encuestados se dedican a la construcción fuera de la comunidad (albañiles y peones), el 19% a la agricultura, el 9% al comercio, el 8% son empleados públicos (profesores) y el 7% son empleados en fábricas en Guadalupe. Por otro lado, el 60% perciben un ingreso inferior a los seis mil pesos mensuales. Según los datos proporcionados por los estudiantes encuestados el 34% de las familias tienen un ingreso menor de 3 mil pesos mensuales y solamente el 6% el ingreso familiar es superior a los seis mil pesos.
Respecto a servicios básicos como agua potable y energía eléctrica el suministro, aunque no del 100% en el último caso, podría decirse que es satisfactorio, no así el transporte, el relacionado con la salud sexual y reproductiva de los jóvenes. Tal parece que nadie está preocupado por estos temas, tampoco por el de los bienes culturales y recreativos, por la inseguridad o por el deterioro ambiental.
2. Repercusiones del contexto en la vida de los estudiantes de bachillerato
Los ingresos familiares, sin duda insuficientes para el desarrollo saludable de una familia, conjuntamente con la cultura del desinterés hacia la escuela por parte de los adultos, la edad propia de los educandos, son factores que repercuten en la eficiencia terminal escolar al incrementarse el índice de deserción y decrementarse el de aprobación. El estudiante aprende en tres ambientes, en el escolar, en el familiar y en el sociocultural, al respecto en el andamio del tiempo correspondiente a Vygotski la compañera Laura Ruelas escribió, “Para el desarrollo del niño en su primera infancia, lo importante son las interacciones asimétricas es decir las interacciones con los adultos, como `portadores de todos los mensajes de la cultura, y el papel esencial corresponde a los signos, a los distintos sistemas semióticos. La gran importancia en la influencia del entorno en el desarrollo del niño es la asimilación del aprendizaje del niño”. Esto es, lo que ve y escucha en la infancia, determina el comportamiento en la adolescencia y lo que aprende en la adolescencia se conjuga con el aprendizaje precedido para ponerlo en práctica en la vida adulta.
3. Plan de Mejora Continua
Significa que los problemas son varios, no obstante, algunos de ellos son susceptibles de modificarse mediante un proyecto educativo denominado en la RIEMS “Plan de Mejora Continua”. El Plan de Mejora es un programa de trabajo perfectamente definido, el cual se elabora para un trabajo específico y para ejecutarse en un tiempo determinado. El Plan expresa las acciones, metas y compromisos que se llevarán a cabo en la comunidad en cada ciclo escolar. El Plan sirve para preservar logros y avanzar en la resolución de los problemas prioritarios, debido al mayor impacto que ejercen sobre la calidad de la educación. La información consignada en el andamio cognitivo, aunque insuficiente para la elaboración de un Plan de Mejora Continua sirve de base para interrogarse ¿Cuál es la naturaleza del fenómeno? Interrogante que al intentar responder conlleva a realizar un diagnóstico a mayor profundidad, que permita elaborar inferencias de datos; realizar contrastes orientados al proceso educativo, de igual manera, haciendo una percepción holística de las condiciones de cada problema y conformando una realidad problematizante.
4. Saberes tecnológicos de los estudiantes
Además de la problemática sociológica sucintamente descrita líneas anteriores, se asocian los pocos saberes tecnológicos de los estudiantes por carecer de las condiciones apropiadas. Al respecto se mencionó en la sesión anterior, “no solamente la escuela no tiene internet, sino tampoco los estudiantes, es más, la mayoría de ellos ni siquiera computadora tienen”. Ello implica un desconocimiento de los estudiantes en el renglón del uso de las TICs. Salvo dos o tres excepciones, nadie sabe como chatear o mandar un correo, incluso que tengan una cuenta de correo electrónico. El programa de informática se concreta a que los estudiantes aprendan lo elemental del uso de los ordenadores. Por si esta cuestión fuera poca cosa, el profesor responsable de la asignatura de informática no tiene el perfil requerido.
5. Características de la población estudiantil
En resumen, el amor real o fantaseado está en primer plano. Rechazo y abismo entre generaciones, tendencia a la autonomía. Actitud, conducta y estado de ánimo contradictorio: se vuelven irritables, tensos, ansiosos y sensibles, de la alegría pasan a las rabietas o a la tristeza con suma facilidad. Detestan ser estereotipados y ser tratados como niños. Tienen alto sentido de selectividad. Tendencia a la agrupación: buscan la aprobación de los pares, los padres pasan a un segundo plano, los amigos se convierten en la parte importante al grado que pueden pasar horas o días completos entre ellos. Idealizan héroes inalcanzables. Tendencia al esparcimiento: la televisión, el video y los juegos son parte de su pasatiempo cuando no están con el amigo(a). Por excelencia son respondones, bullangueros, escandalosos, gritones, traviesos, bruscos en su juegos y lenguaje, éste es irónico y con doble sentido entre ellos. Prácticamente nadie tiene un proyecto de vida definido, el futuro no parece estar para nada en sus mentes, lo ven muy lejano. Rechazan el autoritarismo y la imposición.
Por otra parte las formas de comunicación que producen son variadas. Algunos son signos lingüísticos que revelan un patrón de conducta propio que no se ajustan a esquemas que han dispuesto los adultos, en ocasiones, se puede leer una dosis de rebeldía contra lo normativo y él o ella desea imponer sus propias reglas, en otros momentos refleja afinidad con los de su misma edad. También existen varios subgrupos dentro de cada grupo de 2 o 3 estudiantes. Cada subgrupo tiene su propio líder. La exigencia del respeto, la confianza, la tolerancia, la cortesía, la comunicación, la amistad, etc., son términos recurrentes entre profesores y estudiantes. Es el lenguaje universal que no requiere mayores explicaciones para estar de acuerdo. Sin embargo, conciente o inconscientemente los centros educativos hacen muchas veces lo contrario. La escuela quiere enseñar la democracia sin vivir la democracia, quiere enseñar la tolerancia sin practicar la tolerancia. Estudiantes y profesores enfatizan como marco de un buen proceso de aprendizaje y enseñanza la amistad entre ambos, sin trastocar los límites del respeto.
José Ruiz Ortega